jueves, 16 de marzo de 2017

Los mandalas sanadores.

El lunes 13 de Marzo mi grupo atravesaba un gran conflicto grupal.
Quizás este conflicto fue el resultado o la consecuencia del estrés y la carga emocional o frustración que llevamos acumulada. No es fácil trabajar en grupo, no es fácil que 6 personas piensen igual o estén siempre de acuerdo, y esas diferencias son las que hacen que aparezcan los pequeños enfrentamientos.

Ilusionalias está formado por seis chicas muy distintas y ahora sabemos que cada una cumple un papel fundamental dentro de nuestro grupo.

  • Cristina de Frutos es la seria y la responsable del grupo, la que nos riñe si llegamos tarde o si faltamos a clase.
  • Cristina del Rey es una loca de la vida, que transmite alegría y tranquilidad, que se encarga de que las cosas no lleguen a transcender y todo quede en nada.
  • Sonia Dotor soy yo, y no se muy bien como definirme, quizás soy la pesada que está siempre con el "chicas hay que hacer esto" y la que intenta que todo salga bien de manera previsible, y quizás la mas ñoña y la que más amor necesita de sus chicas.
  • Natalia Gallego es una extremeña encantadora, que te hace reir aunque hable seria porque con ese acento es inevitable, es una persona que te trasmite positividad y cariño y que hace que las demás mantengamos un poco el orden, aunque si la das alas te juro que es capaz de volar.
  • Lidia Jaramillo es una persona tímida, que al principio parece callada pero que demuestra que las apariencias engañan y que la confianza es algo parecido al oro porque cuando hay confianza, todo es más fácil.
  • Patricia Ruiz es la más cabra loca del grupo, la más escandalosa y quizás la más cabezona, aunque cabezonas somos unas cuantas, por no decir todas. Pero es la persona que conseguirá que te rias siempre, aun cuando crees que no puedes.
Y con semejante mezcla, ¿Cómo no va a haber conflictos? ´
Sería casi un auténtico milagro, y nosotras no estamos como para estar esperando milagros, necesitamos vivir. Quizas ese es el problema que vivimos con demasiada fuerza, demasiada pasión, y no es lo mismo que choquen dos hormigas a que choquen 6 camiones, titanic o lo que seamos nosotras, que aún no lo tenemos muy claro.

Eso fue lo que pasó el lunes, que los camiones chocaron y el grupo se fracturó durante el fin de semana anterior, hubo mucho muchos choques, y también había daños de golpes anteriores, por ello decidimos que no podíamos ir a clase a trabajar en grupo con un ambiente tan dañado.

Nuestra solución fue sentarnos a hablar todas, a decirnos que hacíamos bien y que mal, que debíamos cambiar y cómo podríamos mejorar, porque al fin y al cabo, todo se puede mejorar. Necesitamos al menos dos horas para poder solucionar todos esos rasguños, digamos que necesitamos varios paquetes de tiritas, pero al final lo conseguimos y así lo hicimos.

Después de dos horas, nos daba vergüenza interrumpir la clase, y estábamos demasiado efusivas y habladoras como para estar calladas, así que decidimos tener una clase de educación artística diferente y hacer la actividad que había mandado la profesora, Mandalas de chocolate, ¿Suena rico no? Este fue nuestro resultado:

Y quizás fue una de las mejores terapias que pudimos hacer: estar todas juntas, siendo creativas, hablando riendo, disfrutando del tiempo que pasamos juntas y de esta etapa inolvidable como es la etapa universitaria, en la que tenemos que exprimir todas las experiencias al máximo para poder almacenarlas como recuerdos.

 

Por eso, esta entrada va por nosotras chicas, porque nos lo merecemos.

Después, hablando con nuestras compañeras e interesándonos por la clase que habían tenido, nos perdimos un montón de juegos, aunque quizás no era el mejor momento para que mi grupo se diese la mano y jugase al corro de la patata.

También supimos que, por casualidades de la vida, la profesora, Pilar Pérez, no se encontraba bién anímicamente y esto le hacia no encontrarse tampoco bien físicamente. Por ello, y viendo nuestro resultado, la animamos a tomar un café con esa amiga que hace tanto que no vé, a abrazar a sus seres querido y que la energía fluya, y sobre todo a descargar las cargas emocionales. Si esto no funciona, también nos comentaron que los mandalas tienen poder sanador, cosa que nosotras desconocíamos pero quizás, a nosotras nos ayudó, por eso nos ofrecemos a hacer nuevos mandalas con ella si lo necesita.



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