La vida es para disfrutarla: amar, aprender, descubrir… y eso sólo lo podemos hacer cuando hayamos superado nuestros miedos y descubramos el arte de NO amargarse la vida.
Desde hace unos meses que de vez en cuando le echo un ojo a
un libro muy interesante que leo de Rafael Santandreu. Siempre he sido una
persona con mucha tendencia a la perfección, al estrés, al algobio…hasta que
descubrí este maravilloso libro que a través de experiencias en un psicólogo
nos da consejos para vivir de una manera más sencilla y feliz.
Desde hace unos meses que descubrí que yo sufría
TERRIBILITIS. Un término utilizado por este psicólogo para denominar lo que
hacen algunas personas: dramatizar o tomar a la tremenda toda clase de problemas.
Rafael Santandreu quiere que busquemos continuamente el equilibrio. Yo, por
ejemplo, considero las cosas en una escala, donde GENIAL es lo positivo y
TERRIBLE lo más negativo que pueda suceder. Según éste, nos debemos encontrar
en medio de esa escala siempre.
Lo cierto es que actualmente vivimos en un mundo donde
siempre necesitamos más y más de todo, intentando conseguir las cosas por
vicio. Lo cierto es que si nos ponemos a
pensar, un hombre es feliz con las necesidades básicas: salud, un hogar y su
familia. El estar pendiente siempre de “tener de todo y cuanto más tenga seré
más feliz” solo nos lleva a la depresión
y neurosis.
Un día me di cuenta de que mi vida era una queja constante y
que no llegaba a conformarme con todo lo que tenía, siempre ponía alguna pega a mis cosas.
¿Qué sentido tiene vivir en un mundo lleno de exigencias? Es
importante aceptar nuestros fallos y dejar de exigirnos . Tengo que aprender en
donde se encuentran mis limitaciones. No es fácil retomar esta perspectiva ante
la vida, yo me esfuerzo diariamente en dejar de inventar creencias
irracionales, son solo una fuente de debilidad.
Aún no he terminado el libro, estoy en ello. Una de las
anotaciones que más me llamó la atención fue algo que me pasa diariamente:
“llevar al extremo la visualización y el deseo por conseguir algo”. Soy una persona muy extremista y demasiado
impaciente. Este libro me va enseñando la importancia de que puede GUSTARME ALGO, pero NO LO NECESITO para SER
FELIZ. También recalca la importancia de
preocuparnos menos. Yo era una persona que siempre estaba preocupada por
millones de cosas que “tenía que hacer” aunque no fueran de vida o muerte. Lo
cierto es que tanta preocupación crea ansiedad.
Ser una persona humilde y tranquila es lo que de verdad me
llena en la vida. Está bien que tengamos emociones, pero siempre en su justa
medida y con pensamientos racionales. Si reduces un miedo, reduces todos los
demás.
“El arte de no amargarse la vida”, un libro muy recomendado.
CRISTINA DEL REY ALONSO