jueves, 4 de mayo de 2017

A MI YO DE AYER...



Un día mientras viajaba en el tren de camino a casa volviendo de la universidad, me vino a la mente una pregunta, esta pregunta me la había hecho otras veces, incluso la había llegado a reflexionar, pero esta vez, me dió por escribirla. Es una Pregunta que muchos de vosotros ya habréis escuchado o incluso habréis leído en algún otro sitio, pero personalmente hasta que no me puse a escribirla no me dí cuenta de lo dificil que sería responder.
 
¿Qué le dirías a tu yo del pasado? En cuanto me planteé la pregunta no pude evitar que cientos de preguntas más asaltaran mi mente en busca de la mejor respuesta. ¿Le advertirías de los cambios históricos que tendrían lugar? ¿De los descubrimientos científicos? ¿Del número ganador de la lotería? o ya no de cosas tan globales... ¿Le contarías si escogiste ciencias o letras? ¿Le dirías la carrera que finalmente decidiste estudiar? ¿Si aprobaste o no la selectividad? ¿O tus fracasos amorosos? ¿le contarías que persona te hizo daño? ¿Cuál te hizo crecer como persona? ¿Le advertirías de esas chicas y chicos que se portaron mal contigo en el instituto por ser diferente? ¿De ese curriculum que no echaste o del que si o hiciste?...
Tras meditar unos instantes pude llegar a la conclusión de que, dejando de lado todas las cosas globales, podía resumir todas las preguntas en una sola, intentarías subsanar tus errores y volver a realizar tus aciertos?

La respuesta a esta pregunta fue más compleja que un sí o un no, porque si me dijera a mi misma que tuviera cuidado en aquella caminata, no me habría caído por la ladera de la montaña y no me habría hecho todos aquellos raspones, y si me advirtiera de aquel curso que fue más difícil de lo que me esperaba, quizás no habría repetido, o si me dijeran que esas chicas iban a meterse conmigo en el colegio, posiblemente habría buscado otras amistades...

Pero igualmente, después de estas experiencias, no me advertiría de nada, porque ahora tengo una pequeña cicatriz en el codo que nadie más tiene y me hace diferente, repetir ese año me ayudó a aclarar mis ideas y a decidir lo que quería estudiar y que esas chicas se metieran conmigo, me hizo descubrir a otras personas maravillosas a las que llamaré amigas hasta el final de los días. Y si todo esto cambiase, cambiaría yo, cambiaría mi esencia, lo que soy, porque absolutamente todos los acontecimientos de mi vida me han hecho ser como soy hoy en día y me han hecho llegar hasta donde estoy y si cambiase cualquier cosa, eso me haría cambiar a mí.

Después de hacer esta reflexión tenía más claro cómo contestar a mi pregunta, pero entonces me surgió otra duda, hablaría con mi yo del pasado en persona? La respuesta llegó rápidamente a mi cabeza, pensé que la mejor forma de comunicarle todo lo que sentía, sería una carta, de esa forma no tendía que ver esos kilitos de más que me sobrán y querer ponerse a dieta ya, para poder evitarlos o esas arruguitas que salen en las comisuras de los ojos de haberme reído tanto a lo largo de mi vida y preguntarse si tendría arrugas tan rápido. Cuando levante la cabeza me di cuenta de que ya llevaba la mitad del trayecto reflexionando, pero ahora lo tenía todo mucho más claro y podía comenzar a escribir la carta.



Querida Yo del pasado:



No me conoces, pero pronto lo harás, porque cada paso que des y cada decisión que tomes te llevarán a ser la persona que soy yo hoy, lo siento si no soy quien deseabas ser, pero poco a poco es en quien has decidido convertirte, en este mundo que nos ha tocado crecer te enseñarán que lo importante es estudiar para tener un buen trabajo y poder tener dinero para vivir en una casa bonita, lamentablemente no puedo decir que no lo sea, porque al fin y al cabo de algo hay que vivir, pero yo también te digo que hay cosas más importantes, como el amor, la amistad o la familia y nada de esto viene gratis, tendrás que trabajar para conseguirlos y más aún para conservarlos, pero cuando los tengas te dará igual tener la casa más bonita, porque te sentirás la persona más feliz del mundo.

Que no te importen esos kilitos de más porque lo importante está en el interior, ocúpate de ser una buena persona, amable y respetuosa con la gente y aprende a apreciar a las personas por lo que son por dentro y no por su físico o sus posesiones y acabarás encontrando distintas personas que valoren lo mismo que tú.

Aprende que no eres mejor que nadie pero que nadie es mejor que tú, intenta crear un mundo de igualdad en el que nadie se considere mejor o peor que otro, porque independientemente de nuestra cultura, género, religión, color de pelo o de ojos, todos somos iguales y todos somos lo mismo, seres humanos.

Crece y disfruta de todos y cada uno de los minutos que te ofrece la vida, ríe cuando quieras y llora cuando te apetezca, enfádate si tienes que hacerlo y pide perdón siempre que debas hacerlo, porque el orgullo solo es cobardía mal disimulada y un retroceso a tiempo sólo es otra oportunidad para hacerlo bien, ten miedo cuando algo te asuste, ten miedo a equivocarte, ten miedo al fracaso, ten miedo a lo nuevo, a lo desconocido, al rechazo, pero no dejes que nada te frene. Enfréntate, hazlo, equivócate y vuelve a intentarlo porque no significa que hayas fracasado, sólo será otra oportunidad para aprender algo nuevo.

Crece como persona, fórmate una personalidad propia y única, sigue tus propios ideales, defiende aquello en lo que crees y lucha por ello, da tu opinión y escucha la de los demás, abre tu mente a nuevos aprendizajes y experiencias y sobretodo nunca pienses que ya lo has vivido todo porque siempre habrá una experiencia, por pequeña que sea, a la vuelta de la esquina, esperando ansiosa para poder enseñarte algo nuevo sobre la vida.

Por último acabar, de forma un tanto egoísta, deseándote una vida feliz y maravillosa.
Un abrazo

Tu yo del futuro




                                                                                                                    --POR LIDIA JARAMILLO--




No hay comentarios:

Publicar un comentario